El niño ya no está en el centro de nuestra escuela. El reflejo de un maestro

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de Maria Gabriella Tuccillo

Durante más de un año hemos sido testigos de un verdadero cambio de época a su alrededor. poco interés en los niños que, en cambio, debería haber más. La gran preocupación de los adultos se centra exclusivamente en salvaguardar la vida de los adultos, el trabajo, las personas mayores, la economía en general. ¡pero nunca hablamos de niños! ¿Han desaparecido? ¿No son lo suficientemente importantes como para ser tomados en serio?

El gran impulso para la reapertura de escuelas fue solicitado y deseado sobre todo porque los niños no pueden quedarse en casa solos con sus padres ocupados en el trabajo o incapaz de seguirlos en sus estudios; Por lo tanto, está claro que esta elección también fue muy deseada por los adultos para los adultos. Esta premisa es expresar mi decepción en un aspecto «extendido» al desinterés que gira en torno a las necesidades de los niños (casa, coche, carreteras, …) y sus peticiones no expresadas políticamente y en programas de entrevistas.

Las escuelas han reabierto y las rígidas reglas de conducta dentro de ellas son casi militaristas hasta el punto de crear malestar y miedo.

Hay que garantizar la seguridad sanitaria pero uno se pregunta: «¿Cuál será el precio que tendrán que pagar las generaciones más jóvenes?». Sentirse bien en la escuela está en manos de los profesores que deben ser cada vez más sonrientes y tranquilizadores, tranquilos y nada ansiosos dispuestos a satisfacer las necesidades de los niños al «Si aprendo …» que a menudo se les limita o se les niega.

Se han concentrado las horas, se han eliminado los talleres, se han prohibido las salidas educativas por el territorio … ¿Qué hemos hecho por los niños? ¿Hemos propuesto alternativas? Nos preguntamos ¿cómo están? Les preguntamos cómo están viviendo este momento. En mi opinión, muy poco y muy superficialmente.

¡Los niños están sufriendo más de lo que imagina! Los niños son ciertamente más resistentes que los adultos ya que tienen un trasfondo menos construido y articulado que los adultos pero, no por eso, merecen este descuido y silencio. Los niños son nuestro futuro, ¡pero no son nuestro presente!

La escuela italiana no se centra en las necesidades de los niños pero le preocupa la consecución de competencias midiéndolas con pruebas y ensayos de Invalsi sin reflexionar en lo más mínimo sobre cuáles son las mejores herramientas y métodos para conseguirlas. Hoy la escuela ha descubierto DAD y DID con herramientas multimedia olvidando que en los grupos de edad entre 3 y 12 años el aprendizaje se basa exclusivamente en la sensorialidad, «La mano es el órgano de la mente», y que este tiene momentos bien marcados en psicología. desarrollo. El estudio actual de la neurociencia los llama «memorias procedimentales».

Esta habilidad que tiene el niño no es para siempre, pero como argumentan los neurocientíficos (Alberto Oliverio), tiene períodos precisos en los que el cerebro está listo para recibir y momentos en los que estas “aperturas” ya no existen. Mi reflexión, por tanto, me hace comprender que no podemos seguir pretendiendo que todo está bien como lo hicimos, sino que, al contrario, ¡no está nada bien! Tenemos que reconsiderar el niño en su propia complejidad, potencial y lo que necesita para remodelar la escuela de inmediato y para el futuro.

La escuela es el niño, para el niño y no para satisfacer al adulto y sus necesidades. Debemos revertir los intereses que deben comenzar con el niño. No importa si no coinciden con los del adulto pero hay que tomarlos en serio para una verdadera escuela gratificante y que consecuentemente conduzca al éxito del aprendizaje.

Reanudamos los estudios realizados sobre el desarrollo psicológico del niño y como hemos visto cuáles eran las herramientas y métodos que más le convenían para un aprendizaje permanente basado en el hacer, la experimentación, el autoempleo, el respeto por el tiempo individual, la propia concentración y la autocorrección.

No tenemos que hacer una nueva investigación o buscar en otra parte las estrategias que ya tenemos en casa…. Volvamos a los estudios de Maria Montessori, estudiémoslos detenidamente, observemos qué tan detallados y científicos son, cuánto se han aplicado en todo el mundo y qué resultados extraordinarios han logrado. Para Montessori, el niño está en el centro y el adulto debe construir el entorno más adecuado a su alrededor, teniendo en cuenta que la mente infantil es concreta y basada en la motricidad.

Invertir en educación hoy en día no puede ser solo comprar nuevas PC y conexiones a Internet, sino una escuela laboratorio donde el niño puede experimentar con sus propios sentidos como las neurociencias nos sugieren para un verdadero y significativo desarrollo mental. Los encargados no pueden dejar de conocer aspectos fundamentales que explican cómo llegar a la adquisición de competencias considerando solo los resultados … Hoy la escuela no tiene más excusas: tenemos el suficientes herramientas e información para nuestros hijos, ciudadanos del futuro.

IEl período pandémico ha acentuado los aspectos negativos de una escuela cada vez menos adecuada.

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